martes, 22 de febrero de 2011

What I've Done?! Cap. 2 "¿Secreto? No lo creo."




TOKITAZ!!!! *O* Lamento haberme tardado tanto en publicar! D: Culpa de la escuela. e.e Pero heme aq1ui dejandoles capi! Comenten por favor!! C:

What I've Done?!


Cap. 2 "¿Secreto? No lo creo."

A la mañana siguiente desperté, algo confusa y con un severo dolor de cabeza, no lograba recordar lo que había sucedido la noche anterior. Me restregué mis ojos, giré la mirada hacia mi lado izquierdo, donde había un chico recostado a mi lado. Dormido. Me quedé totalmente petrificada cuando lo reconocí. ¡No podía ser! ¡¿Pero qué había hecho?! Tenía que salir lo más rápido de ahí. No quería que él se percatara de que me hizo vibrar, de que él fue el que me hizo sentir tan bien la noche anterior, de que jadeé su nombre más de un par de veces. Nadie debía enterarse, de que esa noche, le pertenecí a mi hermano Bill.

Desesperada al percatarme de lo que había sucedido me levanté y comencé a arreglarme, bastante rápido, a decir verdad. Choqué con un par de cosas ya que aún estaba un poco mareada porque había excedido del alcohol la noche anterior. Antes de salir por completo de la habitación, giré la mirada hacia atrás, ahí se encontraba mi hermano mayor, recostado en la cama, completamente desnudo, sus ojos se mantenían cerrados, descansaba; sin pensarlo, algo parecido a una sonrisa se dibujó en mi rostro. Hizo un leve movimiento con la mano sobre la almohada, lo cual me asustó un poco y salí completamente de allí. Cerré la puerta con gran alivio y literalmente salí corriendo del lugar. Bajé a toda velocidad las escaleras chocando con más de un par de personas. Llegué al estacionamiento, donde se encontraba estacionado el auto de mi hermano, sé que no era una muy inteligente idea el llevarme su carro, pero en momentos de desesperación, yo soy capaz de todo.

Subí al Audi color gris oscuro, cerré la puerta de inmediato. Tomé la llave que le había robado hace unos minutos y la introduje en la cerradura, haciendo que rugiera el motor de este y que pudiera huir sin mayor problema.

Durante todo el camino me estuvo punzando la cabeza, culpa del alcohol, supongo. No lograba recordar con perfección lo que había pasado. Tan solo recuerdo sus manos tocando cariñosamente mi cuerpo entero, recuerdo que el depositaba besos en mi cuello, en mis labios y no lo encontraba morboso. Recuerdo que yo le correspondía tiernamente, recuerdo haberle dicho que lo amaba. Pero no más. Tan solo eso lo recuerdo. Mis manos sudaban nerviosamente, estaba confundida.

Cuando llegué a casa, estacioné el auto donde mi hermano siempre lo deja. Cerré la puerta delicadamente, y abrí la de la entrada de la misma manera, cerrándola suavemente para que no emitiera ningún tipo de ruido. Subí las escaleras y me dirigí a mi habitación. Cerré la puerta con seguro en cuanto entré. Enseguida me dirigí al baño, cerré la puerta y me deshice de mi ropa hasta quedar en interior. Algo cansada y mareada apoyé ambos brazos en los extremos del lavamanos. Levanté la mirada y me observé completamente. Mi cuerpo tenía marcas, rojas… culpa de Bill. Las observé detenidamente, mientras pasé mi mano izquierda sobre uno de esos moretones que se encontraba en mi antebrazo derecho, suavemente, acariciándolo…

“-Me fascinas (tn), Déjame sentirte... Prometo que nadie se enterará.- Dijo mientras me tocaba ferozmente, mientras me devoraba con esos labios que tanto había deseado, recorría mi cuerpo con besos, mordiscos que dejaban una que otra marca, por el cuello, el abdomen, los brazos… Fue como si estuviese marcando su territorio en mí.”

Esos continuos recuerdos venían a mi mente, no me dejaban en paz. Me mantenían atormentándome haciéndome saber que lo que había hecho no estaba nada bien. Me saqué la última ropa que se ocupaba de cubrir mi cuerpo, agotado. Abrí el grifo del agua caliente al igual que el del agua fría, nivelándolo para que estuviese a una temperatura adecuada. Entré y me senté en el suelo, dejando que las gotas de agua se escurrieran por toda mi piel, hasta caer en el suelo y finalmente perderse por la alcantarilla. Después de aproximadamente 10 minutos de estar sentada, sin moverme, me levanté y tomé el jabón, restregándolo contra mi cuerpo entero, lo dejé caer al suelo, este hizo un golpe seco, no muy fuerte. Con mi mano derecha comencé a acariciar mi cuerpo, de nuevo otro recuerdo llegó a mi mente…

“Sus manos recorrían mi cuerpo con ternura pero al mismo tiempo con un ligero sentimiento de lujuria y desesperación. Su mano se posó sobre mis mejillas y me besó de manera ruda, le correspondí. Continuó tocándome entera, bajando hasta mi cintura y haciendo con su dedo índice círculos definidos en mi espalda y en mi abdomen, como si quisiera dibujar algo. Yo lo miraba atenta, mi respiración comenzaba a ser un poco más agitada. Ya no quería esperar más.”

Terminé de enjuagarme y salí completamente desnuda de la regadera. Tomé una toalla y me envolví en ella. Saqué la pistola de aire y después de cepillar mi cabello, lo sequé mientras lo acariciaba suavemente, exactamente cómo Bill lo había tocado la noche anterior. Todas las cosas que hacía, por más estúpidas e insignificantes que fueran, me recordaban a mi hermano, a su cuerpo sobre el mío, a sus manos recorriéndome entera. Me coloqué la pijama, que es color negro con un pantalón rosa oscuro. Salí descalza del baño, me encaminé hasta mi cama y delicadamente aparté las cobijas de uno de los lados, me senté y me dejé caer de golpe sobre ella, estaba agotada. Me recosté completamente en mi cama, tapándome hasta el pecho y mirando fijo hacia el techo. Intentaba conciliar el sueño, aunque no lo logré de inmediato. Me quedé profundamente dormida después de aproximadamente 30 minutos de intentarlo…

“Besó mi cuello de manera provocativa, dejándome una marca roja en él, estábamos completamente desnudos, su cuerpo se posaba sobre el mío, restregándose sin pudor alguno. Piel contra piel, aliento contra aliento, muriéndonos de deseo de sentir al otro.
-¿Eres virgen?- preguntó, haciéndome ruborizar un poco.
-¿Ah?
-¿Qué si eres virgen, joder?- repitió su pregunta entre jadeos y besos.
-Ah…sí.- respondí.
-Entonces tendré cuidado contigo, no quiero lastimarte.- Soltó sin mayor preocupación, sin mayor morbo. Con un suave movimiento me hizo rodear su cadera con mis piernas, y delicadamente entró a mí. Causando dolor, pero dolor placentero y así fue como las cosas comenzaron a subir de tono.
-Agh…- Me quejé un poco, era como sentir dolor, espasmo, pero al mismo tiempo algo que te hacía desvanecerte de placer. Era adictivo.
-Tranquila…todo estará bien, hermanita…”

Desperté de golpe. ¡Maldición! Esos estúpidos recuerdos no me dejaban ni dormir. Giré la mirada hacia mi mesa de noche, ahí estaba el reloj digital, que marcaban exactamente las 7 de la mañana. Era demasiado temprano, el sueño se había ido ya. Pero el agotamiento seguía haciendo de las suyas en mi organismo. Me levanté de la cama, poniendo mis pies desnudos en la fina madera del piso de mi habitación color rosada. Tomé el cepillo que se encontraba en la mesilla y me peiné el cabello, lo dejé en su lugar y caminé descalza fuera de mi cuarto, sin provocar el menor ruido. De la misma manera, abrí la puerta de la habitación de mi gemela. Despacio, me adentré a su cuarto de color morado claro. Ella estaba tendida en la cama, dormida. Me acerqué lentamente hasta ella y me senté a su lado, observándola dormir.

-Alison… Alison, despierta, joder.-susurré.
-Agh…- Se revolvió en la cama, pero no despertó.
- ¡Alison! Con un carajo, ¡despierta!-alcé la voz, pero no demasiado, no quería despertar a Tom.
- ¡¿Qué?! Maldita sea, (tn). Son las 7 am de un sábado. ¡¿Qué demonios quieres?!- respondió, malhumorada.
- Alison, he hecho algo malo.
-Tu siempre haces cosas malas, (tn).- Me miró, indiferente.
-Pero esta vez me he pasado.
-Por favor, no debe ser tan malo como dices.
- ¿Qué? ¿Qué no debe ser tan malo? ¡No tienes ni idea!- respondí, molesta.
- A ver…- se sentó en su cama, mirándome fijo y pasando su mano derecha por su frente hasta terminar paseando por su cabello.- Dime, ¿Qué estupidez has hecho esta vez?
- Hmmm… ¿Juras no decírselo a nadie?
-Lo juro.
- Esta bien, yo…- Suspiré, cogiendo aire y valor.- Me he acostado con alguien.
- ¿Y? ¿Eso es todo?
- Me he acostado con Bill.- Solté, de golpe.
-¡¿Qué te acostaste con…- le cubrí la boca, haciendo que no terminara su frase.
-Cállate. No quiero que Tom se despierte.- Ella se zafó de mi mano que le cubría la boca.
- Tenías razón, (tn). Esta vez te has pasado. Respóndeme una cosita… ¡¿Qué mierdas pasaba por tu cabeza cuándo decidiste acostarte con tu hermano mayor?!
- Ah… Yo… yo no recuerdo casi nada.- Y era verdad, aunque diminutos fragmentos de esa noche invadían mi mente de vez en cuando, no lograba asimilarlo por completo.
-¿Tienes idea de lo que sucederá si se entera que has sido tú con quien pasó la noche?
- No se enterará, no puede. No hay manera.- suspiró.
-Dime una cosa… ¿Cómo llegaste a casa? ¿Caminando?
-No yo llegué en…- capté a lo que se refería.
- Te lo trajiste… ¿Verdad?
-Sí.
- ¡¿Estás estúpida?!
-Calla, joder.
-Si vas a hacer algo malo, al menos hazlo inteligentemente, ¡Por dios!- suspiró una vez más, me dolía el estómago, estaba más que nerviosa, estaba aterrorizada.- ¡Eh! Pasa tu celular. Veré si puedo hacer algo.
- Si…- busqué en los bolsillos de la chamarra que traía puesta debido al frío. - ¡Maldición!
- No traes el celular ¿cierto?- Me miró, está bien. Lo reconozco. Mi grado de estupidez se había ido al extremo ese día. Pero, ¿Cómo quería que pudiera pensar con claridad después de acostarme con mi hermano mayor? Algo podía asegurar, estaba peor que muerta.
-Soy una estúpida.
-Lo sé. Ahora reza por que Bill lo sea aún más y no se percate de lo que pasó.
-Creme, que se entere es lo que menos quiero.

Narra Bill…
Desperté en el hotel donde solía quedarme… ¿Qué carajos hacía ahí? ¿Sería que me había excedido del alcohol demasiado? Tal vez terminé aquí con una fan…

Me levanté de la cama y tomé mi ropa, la cual estaba esparcida por toda la habitación, me vestí sin prisas, tenía sueño y me sentía demasiado agotado.

Iba a tomar las llaves del auto, pero no las encontré por ningún lado. Revolví la habitación entera sin tener respuesta alguna… Después de casi media hora buscándolas me di por vencido y concluí que debía regresar a casa caminando. Iba a salir, cuando sin pensarlo volteé la mirada y en uno de los muebles que se hallaba cerca de la cama, había un teléfono celular color rosado. Yo lo conocía. Sin duda. Me acerqué aún más al teléfono de manera sigilosa, cómo si este fuese a explotar o algo parecido. Ya que estaba cerca, lo tomé con mi mano derecha y comencé a curiosear sus contactos. Fue cuando me di cuenta de algo que me dejó helado. Este celular no era de nadie más que de mi hermana, de (tn), eso solo me explicaba que con la que pasé la noche, era ella…

Corrí en shock por los pasillos del hotel, sintiéndome todo un cerdo, un degenerado, un pervertido, un pederasta. Todo lo peor en ese momento servía para describirme. Al notar que mi auto ni siquiera estaba en el estacionamiento, comencé a correr con rumbo hacia mi casa.

Mi cabeza estaba siendo totalmente atormentada al escuchar su voz en mi cabeza, su dulce y suave voz llamar mi nombre… gemir mi nombre.

Recuerdo con perfección como mis manos se deslizaban por su perfecto cuerpo sin pudor alguno, recuerdo como la acariciaba con cariño, con pasión. Me acuerdo también de sus pequeñas y delicadas manos recorrer mi abdomen y así hasta bajar a acariciar mi entrepierna.

Llegué agotado a casa, pero también demasiado molesto, pensaba poner todo esto en orden, no planeaba quedarme callado. Tomé las llaves de la casa, que por suerte, seguían en mi pantalón y abrí bruscamente. Cerré la puerta a mis espaldas con un gran empujón que hizo retumbar algunas ventanas. Corrí hecho una fiera a la habitación de (tn). Abrí con brusquedad y entré. Pero ella no estaba ahí. Tan solo me encontré con una habitación vacía y un tanto desordenada. Deduje que debía de estar en el cuarto de Alison. Así que de nueva cuenta, caminé rápidamente y aún molesto hasta la habitación de mi hermanita Ali. Abrí la puerta de un portazo escandaloso y fue cuando la vi. Sentada, mirándome atentamente, mirando cómo me encontraba furioso. Estaba ahí, viéndome de una manera asquerosamente hipócrita y sorprendida.

- Hmmm… Por si no lo sabías, la gente educada toca la puerta antes de entrar.- ¿Así o más cinismo de parte de (tn)? Joder.
- (tn)… ¿Qué pasó anoche?- pregunté, tranquilo.
- ¿Qué?- Mierda, que sínica.
- ¡¿Qué paso anoche?!
- ¡Ah! Pues… Yo fui a una fiesta. No tengo ni la menor idea de qué hayas hecho tú.
- Joder, Tu y yo sabemos que estás mintiendo.
- No, yo no miento.
- ¡Claro que si! ¡Joder, (tn)! ¡Comienzo a recordar! ¡¿Es verdad que pasamos la noche juntos?!

Grité con coraje, tanto que todo se escuchó por la casa, me pregunto… ¿Tom me habría escuchado? No me importa. Yo quiero una respuesta
....

Hasta ahi! Espero qe les esté gustando! & lamento tardarme tanto en publicar! :C Las quiero!<3